Estar alegre, malgeniado, nervioso o triste, seguro te suena familiar.
Sí, y así como hacemos cosas para cuidar nuestro cuerpo, podemos hacer cosas sencillas que nos ayudarán a cuidar de nuestro estado emocional:
Reconoce y acepta tus emociones
No… aunque quisiéramos no hay forma de no sentir o de quitarnos de encima lo que sentimos. Qué tal si mejor nos ponemos un radar para identificar lo que sentimos e intentamos entender por qué nos sentimos de esa forma?, puede funcionar escribir sobre las emociones que estamos experimentando y las situaciones que las han generado, hablar con un amigo también puede ser de mucha ayuda.
Pide y acepta ayuda
Quizás la emoción se ha hecho muy intensa –literalmente te está ‘explotando’- y ya está afectando tu ciclo de sueño y de alimentación o tu rendimiento académico. Buena hora para lanzar un S.O.S. y pedir ayuda!!... hacerlo no es un signo de debilidad y en cambio deja ver tu capacidad para encontrar nuevas formas de resolver tus dificultades.
Júntate con otros
Parece un mal sueño, pero está pasando: en una semana has hecho parte de 4 o 5 grupos diferentes en los que apenas conoces a un par de personas en el mejor de los casos o quizá no conoces a nadie; tú quieres salir corriendo o despertar –pero no estás dormido-… sin embargo, sabes que no puedes. No entres en pánico. Al inicio costará un poco de trabajo conocer gente pero si te muestras dispuesto, dejas que te conozcan y te lanzas a conocer lograrás ir armando tu grupo… ah!, y por el camino te puedes encontrar con tu BFF!!!
Cuida tus hábitos de sueño y alimentación
Te habrás dado cuenta que cuando no duermes bien o dejas de comer puedes ser un Sherk en potencia… bueno, pues algo tan sencillo como alimentarse y descansar adecuadamente te ofrece un mejor estado emocional y te da la capacidad de rendir más.!
Practica un deporte
Ahora tienes mucho que hacer, te estás adaptando al ritmo de la Universidad y literal sientes que no te queda un minuto, eso te deja agotado y el cansancio físico empieza a sentirse; con ese panorama por supuesto crees que lo último en tu larga lista de pendientes es hacer un poco de ejercicio. Sin embargo, sabías que dar media hora de tu día para una actividad física te compensará con una buena dosis de energía y mejorará tu concentración, tu memoria y tu estado de ánimo?.
No te dejes ganar del estrés
No nos digamos mentiras: vas a tener semanas en las que todo se acumula y momentos de presión por parciales, talleres, entregas; y si eso se junta con una discusión con tu pareja o con tus papás estarás a punto de colapsar. Aunque no es posible evitar esos momentos de tensión vale la pena que echemos mano de estrategias como hacer yoga, tomarse un café con un amigo o ir a una clase de rumba o salsa.
Medita
Estudios científicos han demostrado los beneficios del mindfulness y la meditación para disminuir el estrés, así que… A meditar!
Sé agradecido y auto-compasivo
Es fácil enfocarnos en lo que nos sale mal y en lo que fallamos… recuerdas esa situación en la que te diste palo por tener un mal quiz?, o, aquel momento vergonzoso en tu grupo de amigos por el que te auto-flagelaste por días?. Es posible sentirnos mejor si cambiamos el enfoque y en vez de estar concentrados en los puntos negros podemos apreciar el enorme espacio blanco que los rodea. Ayuda tomar cinco minutos diarios para agradecer por las pequeñas y grandes cosas buenas que nos ocurren todos los días y practicar un poco de auto-compasión.
Créditos
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Autora: Patricia Padilla |